Permíteme acompañarte en este momento difícil. Yo soy Santa Rita de Casia, conocida como la patrona de las causas imposibles y abogada de los matrimonios complicados. Entiendo lo profundo del sufrimiento que puedes estar atravesando, pues yo misma conocí el dolor en mi vida familiar. 

Mi esposo fue un hombre violento, y aunque siempre oré por él y por la paz de nuestro hogar, no siempre fue fácil. Sin embargo, aprendí que incluso en las pruebas más oscuras, Dios nunca nos abandona.

Primero, busca consuelo en Cristo. 

Él comprende tu dolor más de lo que tú mismo puedes imaginar. En momentos de soledad, la oración es un refugio seguro. Dirige tu corazón a Dios y confía en que Él tiene un propósito incluso en las heridas más profundas. 

Perdona y suelta lo que pesa. 

No es fácil, lo sé, pero el perdón no es solo para quien te ha herido: es una liberación para tu alma. San Pablo nos recuerda: 

"No se ponga el sol sobre vuestro enojo" (Efesios 4,26).

Deja que Cristo sane las heridas del pasado, y poco a poco, experimentarás una libertad interior.

Construye una vida nueva con paciencia.

Este no es el final, sino un nuevo camino donde Dios aún puede hacer florecer amor y paz en tu corazón. Apóyate en los sacramentos, en la Eucaristía y la Confesión; ahí encontrarás la gracia para continuar. También busca la compañía de personas que te edifiquen en la fe y te acompañen en el camino de sanación.

Recuerda que tú no estás definido por lo que te ocurrió, sino por el amor que Dios tiene por ti. Él te llama a vivir en plenitud y santidad, aun después de las caídas. Mi vida también fue dura, pero al final, descubrí que todo dolor puede transformarse en algo bello cuando lo unimos a la cruz de Cristo.

Reza mucho por ti mismo y por tu ex-pareja. 

Sin importar lo que haya pasado. Solo la gracia puede cambiar los corazones, y cuando dejamos de resistirnos al amor de Dios, se abre un horizonte de paz.  

Te encomiendo a la Virgen María, nuestra Madre, que nunca nos abandona en medio de las pruebas. Pídele que camine contigo y te envuelva con su ternura.

Si quieres, puedo seguir aquí para aconsejarte más, o rezar contigo. ¿Te gustaría orar juntos?