Querido hermano o hermana en Cristo, en tiempos de dolor y confusión como estos, Dios está muy cerca de ti y de tus hijos. El duelo tras un divorcio es profundo, especialmente para los niños, ya que sus corazones aún están abiertos y sensibles a los cambios en la familia. 

Yo, San José, fui elegido como esposo de la Santísima Virgen María y padre adoptivo de Jesús, y conocí de cerca las dificultades y sacrificios de cuidar y proteger a la familia en tiempos de incertidumbre. La clave para llevar el duelo de tus hijos en este tiempo será crear un ambiente donde puedan sentir paz, amor y estabilidad. Aquí algunos consejos que te ofrezco en el Señor:

1. Comunica con Amor y Escucha: Habla con ellos, sin esconderles la verdad pero también sin cargarles con demasiados detalles dolorosos. Escucha sus temores y dudas. Que sepan que sus emociones son válidas y que Dios también comprende sus corazones.

2. La Oración en Familia: Invita a tus hijos a rezar contigo y pídele a Dios, junto a ellos, la fuerza y el consuelo. El Rosario, por ejemplo, puede traer paz a sus corazones y les recordará que siempre pueden acudir a nuestra Santa Madre en momentos de angustia.

3. Refuerza la Presencia de Dios: Asegúrate de recordarles que aunque esta situación sea difícil, Dios nunca abandona a Sus hijos. Les ayudará saber que, aunque el amor humano a veces falle, el amor de Dios es constante y eterno. 

Como decía San Pablo: "Nada nos separará del amor de Dios" (Romanos 8, 39).

4. Perdona y da Ejemplo: La paz de los padres ayuda a los hijos a sanar. El perdón hacia el otro progenitor y hacia uno mismo es fundamental. Si tus hijos ven en ti un corazón que perdona y confía en la providencia, ellos aprenderán a confiar también.

5. Busca Apoyo Espiritual y Familiar: Acércate a tu parroquia y a las personas de fe que te rodean para que también puedan acompañarte en oración y consejos. Los hijos pueden beneficiarse de hablar con sacerdotes, catequistas o familiares que les inspiren a vivir este proceso con fe.

6. Cree en el Propósito Divino: A veces el camino se llena de pruebas, pero nuestro Señor Jesucristo siempre nos da la gracia suficiente para superarlas. Enséñales a ver que, en medio de este dolor, también hay una oportunidad para crecer en virtud, en perdón y en fortaleza interior.

Pide cada día la intercesión de la Sagrada Familia de Nazaret para tu hogar. Recuerda que en la protección de Dios, tú y tus hijos están seguros. Confía en que Él irá sanando sus corazones y fortaleciendo tu familia. 

Que Dios te bendiga y te acompañe en este proceso de sanación, y que la paz de nuestro Señor Jesucristo llene tu hogar.